Última conferencia de un servidor sobre Juan Luis Vasallo Parodi.

Mi última entrevista en televisión.

Progra del menda en tosiria.

Música para quien entre.

El tiempo siempre corre y tú te quedarás en él. Fijaté en todos estos relojes.

viernes, 3 de octubre de 2008

La feria de Úbeda en el 18 de julio.

Para todos aquellos que no conocieron la feria de Úbeda en el 18 de julio y para todos los que gustosamente al leer este pequeño mensaje quieran recordar aquellas ferias de finales de los ochenta en la ciudad, en estos últimos días de feria me viene al recuerdo aquella distribución matemática que tengo grabada a fuego en mi memorio como si hubiera sido ayer.

Los días previos al comienzo de la feria al no existir contenedores de basura había que atar el cubo de la basura vecinal con una cadena, pues los feriantes lo robaban. Mi calle tradicionalmente apodada de los gatos por la gran cantidad de felinos que existían en la misma quedaba despobada de los mismos (¡cuantos pinchos de gato se consumieron en aquellas ferias!)

La portada de feria era colocada en la parte superior de la calle, junto al hospital de Santiago, donde se instalaba todos los años una caseta de turrones que permanecía hasta bien entrado el invierno en que consumía todo el género. Muchos puestos eran colocados en toda la avenida en sus lugares matemáticos. La tómbola frente al locutorio, la caseta de los muñecosanimados delante de la puerta de la huevera (que todos los años sufría un considerable tabardillo), la gran caseta de turrones que taponaba la calle Canos, las carreras de camellos, los espejos y la noria pequeña en la zona de la fundición de Fuentes y en el descampado que los niños conocíamos como el Paraíso (hoy plaza de la Constitución) se instalaba aquella caseta municipal donde actuaba la década prodigiosa y María Jiménez con algunas copas de más.

El bingo junto al Calvente a reventar de gente y la zona de carrouseles, siempre igual; se ubicaba en lo que hoy son las pistas de tenis del polideportivo. La instalación era exacta, una única calle, a la derecha nos daba labienvenida el único puesto que existía de algodón dulce (no se habían inventado todavía las patatas asadas), pegado a los almacenes centrales la gran pista de coches de choque, junto a ella el tren de la bruja.

Enfrente dos babys, uno giratorio y un escalextric; seguido del Dysney World, los ponys y la Hoya loca. En el frente del polideportivo la noria mediana de Sánchez y el Canguro. Entre los almacenes centrales y el pabellón el Látigo y la Barca Vikinga o el Martillo.

Las casetas de cofradías se distribuían por la ciudad, se podían destaar tres, la de la Columna en los bajos de la Seguridad Social, la Oración del Huerto en la cruz roja y en la antígua estación de autobuses la del Santo Entierro. Podríamos hablar de muchas más, pero éstas eran las tres principales dentro de una feria que evolutivamente es incomparale con la de hoy en día.